sábado, 3 de octubre de 2009

Historias de amor y desamor: My blueberry nights

No creo exagerar si digo que las películas de Wong Kar-wai son poéticas. El director honkonés es un maestro de los colores, los sonidos y las metáforas, juega con cada uno de estos lenguajes para abordar el tema más complejo y difícil: el amor, pero no como sentimiento manido y cursi, sino como la base de lo “romántico” en el verdadero (y reivindicado) sentido de la palabra. Por ello, los amores que nos muestra Wong Kar-wai son amores inconclusos, autodestructivos, agonizantes, tenues, pero a la vez son amores ilusión, fundamento y fin. Son el comienzo y el final de cada historia.
El estilo y temática del autor están selladas en cada una de sus obras, como en la agresiva “Fallen Angels”(1995) o la imprescindible “Chungking Express”(1994), en la primera se muestra el desamor de una pareja de criminales y sus consecuencias; en la segunda se muestra el amor reconstruido a partir de historias de soledad y abandono. Imposible dejar de nombrar la premiada “Happy Together” (1997), que desarrolla la ruptura infinita de dos amantes homosexuales. Sin embargo, la cumbre del director chino para muchos es “In the Mood for Love” (2000) verdadera obra maestra de imágenes y evocaciones, historia de un amor imposible que se resume en la frase sabiniana: “No hay nostalgia peor que añorar lo que nunca, jamás, sucedió”; esta historia de desamor tuvo una continuación sofisticada en “2046” (2004).





“My Blueberry Nights”, constituye la primera película del director honkonés a la americana. Traducida en nuestra cartelera con el cursilesco nombre de “Buscando un amor” (que evoca más bien esas comedias románticas gringas que se estrenan indiscriminadamente) a primera impresión resalta por los actores con los que cuenta: una debutante Norah Jones (Elizabeth), Jude law (Jeremy), Natalie Portman (Leslie), David Strathairn (Arnie) y Rachel Weisz (Sue Lynne).

Elizabeth llega a un café con el corazón roto, conoce a Jeremy y luego de mantener una fugaz conversación le deja las llaves de su apartamento al que no pienso regresar más. Se establece así una relación/conexión espontánea entre ellos, que se materializa en largas conversaciones nocturnas. Sin embargo, Elizabeth decide marcharse, en realidad huir, como una necesidad de oxigenar el corazón y olvidar. En el viaje encuentra personajes entrañables como el policía alcohólico Arnie y su desdichada existencia desde que su mujer la abandonó; también conoce a la apostadora Leslie que le trata de enseñar sin mucho éxito a no confiar. Ella está ahí en una búsqueda que tiene comienzo pero no final, escribe a la distancia a Jeremy, como su lejano cómplice, y viaja externa e internamente explorando los caminos de la soledad.


Las películas de Wong Kar-wai no solo deben verse, necesitan ser admiradas. El detalle de los colores, la música, las frases hacen un lienzo que se muestra en cada segundo. El director quiere mostrar la belleza de lo cotidiano a fuerza de llenarlo de color y acompañar la escena con una canción perfecta. La imagen de los labios de Elizabeth salpicados con pastel de arándanos es un claro ejemplo de ello. Sin embargo, en esta ocasión si bien el film tiene una textura vistosa y la música es acertada, esta última no tiene la trascendencia de otras de sus películas. No lo mencioné, pero pareciera que en sus films el director chino esculpiera la música para cada escena, haciéndola memorable. En sus películas podemos escuchar desde sensuales tangos, hasta a los Beach Boys o Nat King Cole, cada melodía en simetría perfecta con las imágenes. En esta ocasión destacan, como no puede ser de otro modo, el rhythm and blues, el soul y el jazz.

“My blueberry nigths” tiene sin duda el sello del director, pero a diferencia de sus otros films aquí no toma riesgos, no es un Wong Kar-wai barroco y sensual, como solo él puede serlo; tampoco es exuberante y extraordinariamente insolente. Es posible que la industria haya parametrado un poco el director, no obstante, los méritos del film son innegables, y para algunos seguidores de este maestro del cine contemporáneo (entre los que me considero) hay un agradable sabor en ver su obra en otras fronteras, y es que antes que entender ello como una paralización o una traición, puede apreciarse como parte de una constante innovación.



Las metáforas también juegan un papel crucial en el film: las llaves de las que no queremos deshacernos como símbolo de una siempre latente posibilidad, o la distancia como una necesidad para olvidar y a la vez una forma de acercarse más a alguien. A Elizabeth le bastaba con cruzar la pista para llegar desde su apartamento hasta el café de Jeremy, sin embargo, era necesario previamente darse un largo viaje físico e interior para poder cruzar finalmente al otro lado. Que esta película sea el puente para cruzar al universo del genial Wong Kar-wai.


Dirección: Wong Kar-Wai.
País: China/Francia.
Año: 2007.
Duración: 110 min.
Género: Drama.
Interpretación: Norah Jones (Elizabeth), Jude Law (Jeremy), David Strathairn (Arnie), Rachel Weisz (Sue Lynne), Natalie Portman (Leslie), Chan Marshall (Katjia).
Guión: Wong Kar-Wai y Lawrence Block; basado en un argumento de Wong Kar-Wai.
Producción: Jacky Pang Yee Wah.
Música: Ry Cooder. Fotografía: Darius Khondji.

2 comentarios:

  1. INTERESANTE.
    PERO DEBEN EXISTIR UNOS 2500 BLOGS DEDICADOS A LOS MISMO. EXIBEN (O EXHIBEN?) Y PUBLICITAN GRATUITAMENTE PELÌCULAS QUE HAN CONSEGUIDO PARECER ARTÌSTICAS. NOS HAN HECHO CREER QUE ESO ES ARTE.
    LO MÁS INTERESANTE DE TU BLOG ( DEBO ADMITIR QUE LO ÙNICO BUENO DE ESTE TIPO DE CREACIONES ES QUE NOS PERMITEN EXPRESARNOS SIN COMPLEJOS)
    ES QUE NOS HAS LANZADO UNA INTERESANTE CONFESIÒN: EXISTE UN OTRO YO EN TI (QUE LLAMAS EL VERDADERO) ¿QUÈ ES LO QUE VEMOS CAMINAR POR LOS PASILLOS DE LA FACULTAD ?

    ResponderEliminar
  2. Ver mi otro blog: http://comparacioncritica.blogspot.com/

    ResponderEliminar