jueves, 7 de octubre de 2010

El nobel en la otra esquina, un (anti) homenaje a MVLL




Todos celebran con razón el Nobel de MVLL, el mejor novelista peruano. Sin embargo, sus recientes fanáticos deberían conocer una frase que alguna vez dijo una persona muy aguda: “lamentablemente, está empezando a escribir como su hijo y a comportarse como su padre...”.

MVLL se promociona como un adalid de la democracia y los derechos humanos. Es el vocero universal de la libertad, usando como sus palestras predilectas a CNN, Washington o las Universidades Españolas. Y siempre criticando duramente a Cuba, Venezuela, Bolivia y los “nacionalismos” que considera primitivos.



Pero MVLL nunca ha criticado con la misma dureza la invasión estadounidense en Afganistán e Irak, ni el genocidio contra el pueblo palestino ejecutado por esa sede de Washington en el Medio Oriente llamada Israel. Y acaso no ha dicho nada sobre el abuso del poder corporativo que ha minado de muchas formas la libertad de miles de personas, creando muerte, desolación y explotación (Chiquita Brands en Colombia, Coca Cola en la India, Nike en China, Enron en Estados Unidos, etc., etc., etc…). Claro, ha reprochado alguna vez la política exterior Israelí (¡recién hace unos meses!) con casi la suavidad de una caricia, pero una posición contundente y desafiante contra todo tipo de opresión de la libertad nunca se le ha visto, y es que, por supuesto, tendría que alejarse de sus palestras predilectas para hacerlo. Además, ¿Qué se puede esperar de alguien que afirma por los cuatro vientos que hay culturas superiores e inferiores? En efecto, para nuestro MVLL, cuyos artículos periodísticos son un conjunto de reminiscencias neocolonialistas, las culturas no occidentales son inferiores a las occidentales. Afirmar eso sí que es demasiado.

Entonces, cuando por un lado se defiende la “libertad” a raja tablas y por otro se calla o murmura frente al genocidio y la opresión, vemos una actitud bastante hipócrita y un tanto autoritaria. Ese mismo autoritarismo que llevó a Jorge Luis Borges a manchar su trayectoria intelectual al apoyar al dictador Augusto Pinochet, el general de los neoliberales.

Pero aquí hay una cuestión importante que salta a la vista: la trayectoria intelectual. Usualmente se separa entre el MVLL escritor y el MVLL activista político. ¿Es posible dicha separación? ¿Es posible amar al escritor y odiar al activista? Esa sensación amor/odio la tuve por mucho tiempo. Sin embargo, creo que un intelectual puede tener muchas facetas pero no puede partirse en pedazos incomunicados. El joven MVLL que trasmitió su nihilismo de forma magistral en “Conversación en la Catedral”, no es el mismo que luego mostró toda su filosofía individualista radical en obras como “Los Cuadernos de Don Rigoberto” o “El Paraíso en la otra Esquina”. Para mí, el joven MVLL que tenía mucho de anarquista y verdaderamente liberal no sólo era mejor activista, sino también mejor escritor.



Adoro la técnica literaria de MVLL. Esa técnica que quizá llegó a su máxima expresión con “La Guerra del fin del Mundo”. Pero cada vez que leo sus novelas más recientes - a excepción de “La Fiesta del Chivo” que por momentos reverbera su antigua genialidad -, siento que la fuerza y creatividad del escritor de antaño se va apagando. Veo un intento exagerado de repetirse a sí mismo y mucho erotismo pusilánime, vacío. Y peor, cuando leo algunos de sus ensayos y artículos periodísticos que parecen panfletos de ultraderecha, me da un poco menos que nausea, lo siento, pero es así.

Entonces, la dicotomía que muchos lectores de MVLL alegan tener ya no la comparto. Admiré a MVLL, siempre admiraré lo que fue MVLL, pero el MVLL de hoy es casi un Jorge Luis Borges con premio Nobel y sin esa imaginación erudita. Es decir, un anciano que fue genial pero que cada vez se está quedando más ciego.

Esta vez el nobel de literatura está al otro lado, al lado opuesto de Saramago y García Márquez. Muchos de los que celebran ello no han sabido apreciar lo mejor de la obra de MVLL, y más bien han bebido de lo peor de su activismo político. Es una lástima.


viernes, 7 de mayo de 2010

No es lo mismo pero es igual? Mis 10 covers favoritos

Es claro para mí que una nueva versión nunca es igual que la original, siempre hay un efecto borgiano "Pierre Menard" en cada nueva creación. El artefacto cultural sea canción, película o, en general, obra artística, siempre será recepcionado con nuevos ojos. Pero hay algo más. Creo que un buen cover no debe ser pura imitación. Debe tomar el original como fuente de inspiración para llevarlo hacia expresiones insospechadas. Es en vano entonces la comparación de la nueva creación y la antigua en términos de cuánto se asemejan, o si una es fiel o no la otra. La comparación sería, en todo caso, en la calidad de ambas performances, el feeling, la originalidad. Aquí mi lista personal (de canciones en inglés).

10. "Stand by me" por Ben E. King.
 Aunque esta es una canción "popular" interpretada por muchos artistas, la pegajosa versión de Ben E. King es considerada como la original.



"Stand by me" por John Lennon

Una versión impecable, Lennon hace suya la canción y la convierte en uno de sus clásicos.



9. "Superstar" por Carpenters.

Canción hermosa, melódica y suave.



"Superstar" por Sonic Youth.

Sonic Youth inyecta 90s a la clásica balada, en vez tratar de imitar la voz diáfana de la versión original, prefieren cantarla con oscuridad y misterio.



8. "I was walking with a ghost" por Tegan and Sara.

Una canción dulce y liviana, casi adolescente.



"I was walking with a ghost" por White Stripes.

Los White Stripes han hecho los mejores covers en los últimos tiempos (I think I smell a rat, Jolene...), elegí la que más me gusta, convierten este frágil tema en un ejemplo poderoso de buen rock.



7. "Sweet dreams" por Eurythmics.

Quién no ha escuchado esta canción en las radios o en alguna de las películas de Pesadilla en Elm Street? Muy ochentera, muy digerible, pero con unos momentos interesantes para mi gusto.



"Sweet dreams" por Marilyn Manson.

Pero la canción parecía haber sido hecha para que la cantara Marilyn Manson. Mr. Manson ha hecho buenas versiones (por ejemplo, "Personal Jesus" de Depeche Mode o "Alabamo song" de Doors), pero Sweet Dreams es la mejor de su repertorio.



6. "Billie Jean" por Michael Jackson.

Simplemente un clásico del buen pop.



"Billie Jean" por Chris Cornell

Gracias a Ady descubrí esta versión y sencillamente me encantó. Billie Jean con más sentimiento que nunca.



5. "Havana affair" por Ramones.

Toda la agresividad, velocidad y simpleza punk de los Ramones, en otra típica canción característica de un estilo para muchos primitivo.



"Havana affair" por Red Hot Chili Peppers.

Pero los RHCP le inyectan su propio ritmo a la canción con su delicioso estilo funk.



4. "The man who sold the world" por David Bowie.

Esta canción sabe a Bowie completamente, sabe lejana, androgina, extraña.



"The man who sold the world" por Nirvana.

Pero Kurt le da una fuerza que nunca tuvo, la canción se convierte en pura melancolia noventera.



3. "Dancing days" por Led Zeppelin.

Una canción típica de Zeppelin, con contundentes riff distorsionados.



"Dancing Days" por Stone Temple Pilots.

STP le baja las revoluciones y la hace sencillamente fenomenal. Se convierte en una canción sensual, íntima, relajante. La voz de Scott Weiland es simplemente perfecta.




2. "Summertime" por Janis Joplin

Esta canción no pertence a la Janis (es una canción popular anónima), pero sin duda ella la inmortalizó. Nunca se ha cantado Summertime con tanto corazón.



"Summertime" por Sublime.

Adoro esta versión de "Summertime", de blues a reggae, mucho más ligera y deliciosa. Sublime dejó muy buenas canciones, y esta es una de las mejores.



1. "With A Little Help From My Friends" por The Beatles.

Además de verdaderas joyas, el Sargent Peppers cuenta con esta suave canción, de las más ligeras y sencillas.



"With A Little Help From My Friends" por Joe Coeker.

Pero Coeker la transforma totalmente, la hace a su medida y la convierte en un verdadero himno de su generación. Con su versión el feeling y la fuerza llegan a su máxima expresión. Para mí, el mejor cover de todos los tiempos.

sábado, 27 de febrero de 2010

Oscars 2010: Las nominadas a mejor película

Aquí unos brevísimos comentarios de las 10 nominadas a mejor película en los premios Oscar; de la peor a la mejor, desde mi extremadamente subjetivo punto de vista.

Por cierto, no se trata en absoluto de "predicciones", sólo son opiniones generales sobre cada película.

10. Avatar

La peor película de la lista. Las razones en mi comentario:
http://diariodelossilencios.blogspot.com/2010/01/la-paradoja-de-avatar.html

9. The Blind Side



La reivindicación del sueño americano, la familia rica y caritativa de postal, los “sublimes” valores cristianos… esta película tiene todos los elementos necesarios para ser detestada. Junto con “Avatar”, es de las más flojas de las nominadas. Y no sé que tanto han celebrado a Sandra Bullock. El papel de mujer dominante y decidida (y a la vez madre ejemplar, esposa cariñosa, mujer llena de valores positivos, etc.) no parece ser nada extraordinario. Y por otro lado, si bien por momentos causa cierta ternura los gestos paquidérmicos de “Big Mike”, fácilmente llega al hastío luego de la primera media hora, donde el gigante parsimonioso va recibiendo de la caridad de la familia buena absolutamente todo.

8. An Education



“An education” nunca te llega a atrapar completamente, aunque Molina se esfuerce y la hermosa Jenny (que con unos años menos sería una perfecta nínfula de Nabokov) se luzca. No conmueve, no amarga, no hiere, no alegra. El gran problema es que es bastante insípida.

7. Precious



En “Precious” resalta la vida salvaje de los barrios marginales norteamericanos, las escenas crudas y las lisuras a diestra y siniestra. Pero eso no está mal. La cara fea del país del norte aparece con naturalidad y solvencia, y la guerra entre la odiosa madre y la ingenua y pobre hija es llevada muy bien. El problema para mí es que al final nada de lo que se agregue para hacer más dramática la historia (como el descubrimiento de la violación sistemática) va a quitar la sensación de que estamos ante una versión callejera, grotesca y subterránea de Cenicienta, con la bruja, el hada y la buena, que, sin embargo, espera aún a su príncipe negro.

6. Up



“Up” no se trata sólo de una animación de aventuras, es mucho más que eso. Nos envuelve con su atmósfera nostálgica y melancólica que va a paso lento como el anciano, pero que sabe quebrarse y explotar con todo el ímpetu del niño. “Up” es un homenaje a los deseos escondidos que siempre guardamos y que nunca cumplimos, a las deudas de amor, a la hidalguía de dejarlo todo. Esta es junto con “Antz” mi película animada favorita y si no fuera por lo extraño que es comparar animación con actores de carne y hueso quizá sería la más importante de esta lista.

5. Bastardos sin Gloria



“Tarantino reciclado”, “insensata deformación histórica”, “lugares comunes”, “un video juego hecho película”. Todas estas críticas y más podrían hacerse a “Bastardos sin gloria”. Sin embargo, nadie le puede quitar al señor Tarantino su maestría para contar historias y crear diálogos, su genialidad para hacer escenas memorables y construir personajes, ni su sagacidad para tomar todos los riesgos posibles. Todas estas virtudes están en “Bastardos sin Gloria”, una película que te atrapa y no te suelta hasta que alguien por ahí termina ametrallando a Adolfo Hitler. En ese momento te pones a pensar, ¿no es demasiado juego? Es como si se hubiese hecho una película a partir de mis pensamientos levísimos a mitad de la clase de historia cuando tenía 12 años.

No obstante, creo que es una buena película y a pesar de todo disfruté mucho cuando la vi… pero no puedo dejar de preguntarme ¿La próxima aventura de Tarantino podrá volver a convencerme si sigue por el mismo camino?

4. Up in the Air



La insoportable levedad de George Clonney, así también podría llamarse esta gran película, parafraseando a Kundera. Y es que además de que el rol principal es perfecto para el reconocido actor, la dicotomía kunderiana peso/levedad está presente en toda la película. La aprendiz de “experto en despidos” con toda su carga emocional (y fragilidad), es opuesta al despreocupado y libre George que finalmente es contagiado un poco de la necesidad de sentir la tierra y no vivir en las nubes. Y es que también aquí pueden jugar un gran rol las metáforas, la levedad se conjuga muy bien con las alturas, los eternos viajes, el desprecio por el hogar de sala y tv. La toma de consciencia de la soledad, la deshumanización, la odiosa máquina capitalista y la tecnología usada a su servicio, todo ello es mostrado excelentemente entre risas y decepciones, sin atiborrarnos de fuegos artificiales ni empacharnos de sentimientos. Todo un logro para esta película.

3. A Serious Man



El laberinto a la vuelta de la esquina, ese es el mundo que los Coen nos presentan de manera magistral en sus películas. “A serious man” es otra pieza genial de esa compleja dimensión ignorada de la vida cotidiana. El “hombre serio”, ciudadano ejemplar, padre y esposo feliz; el hombre racional que es exaltado en la vieja fábula judía del comienzo de la película, son los paradigmas que añora el triste y perturbado Larry. Las deudas, la desatención de sus hijos y su esposa, los problemas en el trabajo, el lastre de su hermano, todo ello es un remolino que hace imposible cualquier pretensión de “seriedad” o “racionalidad”. Dos cosas más, Adam Arkin está fenomenal y el final no pude ser más Coen. Es una película deliciosa para sus seguidores.

2. The Hurt Locker


Irak y todos sus demonios. Una película tan buena como esta tenía que hacernos volver los ojos a esa invasión desgraciada, y lo hace de manera – cinematográficamente hablando- impecable.
La tensión es el motor de esta película, pero no una tensión fácil y ruidosa, es una tensión constante que avanza paso a paso y que embelesa y repugna al mismo tiempo. Ya sabemos que las guerras son absurdas y todo eso, pero “The Hurt Locker” con la cámara a ras del suelo te hace sentir más que nunca esa sensación. La “guerra” no es mostrada como una fiesta de luces y colores, de lágrimas y alegrías, es mostrada con toda la crudeza de un documental sincero y directo, y con la maestría de una novela compacta. “La guerra es una droga”, esa frase se personaliza en William James quien termina siendo la síntesis de la absoluta sin razón.

1. District 9



“District 9” es una película valiente, audaz y extraordinaria. Es el apartheid en su expresión más descarnada, la exclusión que Giorgio Agamben observa como rasgo de la modernidad en toda su expresión. Y es que los otros no tienen porqué ser bonitos. No tiene porque ser corpulentos y ceremoniosos (y azules) en su lógica distinta. Lo desconocido, lo ajeno puede causarnos humana e inconsciente repugnancia. El problema es si aprendemos a salir de ese estado de estupidez y decadencia; y la película es un espejismo bizarro de esa decadencia constante. El hombre o el bicho instrumentalizado, los medios hambrientos de estupidez, el egoísmo utilitario, la fuerza bruta.

Podría criticarse la incoherencia de empezar el film al estilo documental y luego ir dejando abruptamente este estilo para pasar a un enfoque tradicional de la acción. Podría criticarse el abuso de sarcasmo y el humor fácil de algunas escenas. Pero todo eso es minúsculo en comparación con las virtudes de esta película excepcional.

Veo “District 9” y pienso un poco en “Avatar”. En el fondo ambas películas tratan lo mismo: la exclusión. Sin embargo, una es inteligente y audaz, la otra es pomposa y sosa; una es profunda y valiente, la otra superflua y facilista. Luego de ver “District 9”, “Avatar” se empequeñece tanto que hasta deviene en imperceptible.

martes, 2 de febrero de 2010

Genial realismo mágico: "La teta asustada"

No es chauvinismo. “La teta asustada” es una película sobresaliente, impregnada de lirismo y originalidad. En esta segunda obra de Claudia Llosa, se observa todo su oficio y su delicioso estilo personal: imágenes minimalistas, cámara lenta y firme, misticismo y melodía.

Desde el comienzo se observa ya las agallas de la directora. Nos regala varios segundos de pantalla totalmente oscura mientras solo podemos escuchar un triste canto que narra la más cruda miseria. La madre de fausta a punto de morir, canta su tragedia, y ella, a su vez, la consuela cantando. La madre que fue violada, mediante su leche materna contagió a Fausta una enfermedad popular llamada “La teta asustada”. Por ello, el carácter de la muchacha es desconfiado, tímido, siempre defendiéndose de posibles agresores, más aún, para nunca sufrir una violación se inserta una papa en la vagina pues dice que “solo el asco contiene a los asquerosos”. La historia entonces parte de estas premisas para mostrar la pequeña odisea de Fausta: una muchacha provinciana que nunca ha salido sola a la calle debe conseguir dinero para poder enterrar a su madre en su tierra. Todo ello se muestra en un lugar X de Lima, que podría ser cualquier distrito populoso de nuestra capital.




Así, la cámara muestra esta odisea con gran sobriedad y dedicación, como queriendo sacar el misticismo de cada escena. Y es que la directora se empecina por mostrarnos sin tapujos la vida en la Lima popular en la cual las costumbres provincianas y la cultura sub urbana crean todo un sistema; esa Lima ignorada y marginada por muchos, donde la religión, la comida, la música, el lenguaje, todo se vuelve auténtico y compacto.

La directora se toma su tiempo y nos muestra su obra limpia, sin la corrupción de aquellos que quieren llenar los ojos y la mente del espectador con sobresaltos. Así, a fuerza de mostrarnos los pequeños detalles (desde una paloma moribunda y un plato de causa hasta lo más profundo de los ojos de Fausta) nos devela una inmensa y extraña belleza que habitualmente ignoramos. Pero la belleza de las imágenes guarda también sentimientos oscuros: la impotencia, la nostalgia, la soledad, todo es visto y sentido a través de Fausta, el fetiche de la cámara.

Y es que si la directora ausculta cada pedazo de realidad de manera casi subliminal, cada vez que muestra a Fausta cantando y sufriendo sus demonios imaginarios, se rinde a sus pies. Su rostro, sus ojos, su canto es una verdad ecuménica, una síntesis de sentimientos apunto de estallar. La actriz Magaly Solier es una intérprete innata y se merece todos los elogios.


En “La teta asustada” el cine de autor de Llosa se consolida. Su visión personalísima es presentada sin temor, con fuerza y originalidad. A diferencia de "Madeinusa", su genial opera prima, donde resaltan los sentimientos atávicos (humanos, demasiado humanos) y la visión en demasía oscura de un pueblo, en esta película, sin conceder nada a nadie, se prefiere una visión más optimista y esperanzadora.

No hay denuncias concretas, las violaciones y muertes fueron producto de “la guerra interna”, y punto. Fausta es hija de esa guerra y sus temores y sus resentimientos son hijos de esta guerra. Un discurso- en este caso cinematográfico- podría utilizarse de diversas maneras, los que quieren pueden reivindicar a los muertos y utilizar el film como un himno contra la violencia. Sin embargo, la película es más, mucho más que eso. Es una película con todas las virtudes imaginables: estéticamente hermosa, diálogos acertados, música precisa, límpida apreciación de nuestra sociedad, grandes actuaciones. Más allá del contenido político que se le pueda extraer, “La teta asustada” es una película notable desde cualquier punto de vista.

Y un aspecto que coadyuvó a ello es la forma en que Llosa retrata desde sus entrañas una realidad casi mágica, casi irreal, pero que es una verdad innegable, aunque le cueste a muchos. Las películas peruanas muchas veces, casi siempre mejor dicho, cuando deben observar la pobreza tratan a las personas y sus costumbres de manera vertical, como si fueran figuritas o seres extraños a caricaturizar. Para mí, Llosa ha logrado mostrarnos ello de manera un poco más horizontal: al ver la película casi sentimos la realidad en nuestras manos, los aromas, las canciones. Aunque sabemos que se trata de una ficción, que el lugar mostrado es imaginario y es inverosímil encontrar una residencia en medio de un mercado, la película logra brindarnos mucha cercanía, la visión de la directora nos crea un puente hacia nosotros mismos. Han dicho algunos que con esta película se ha ofendido a los pobres al mostrar con mucha crudeza sus costumbres. Nada más errado. La cámara se siente a ras del suelo y solo evoca realidad, casi mística, pero realidad al fin y al cabo.

Los premios que ha ganado o que ganará no harán más o menos a esta película. Así pasa con las verdaderas obras de arte (Roger Merino Acuña).



 

Título: La teta asustada.
Dirección: Claudia Llosa.
País: España/Perú.
Año: 2008.
Duración: 94 min.
Género: Drama.
Reparto: Magaly Solier, Susi Sánchez, Efraín Solís, Marino Ballón, Antolín Prieto.
Guión: Claudia Llosa.
Productora: Oberon Cinematográfica S.A., Wanda Visión S.A., Vela Producciones.
Puntaje: 9/10

miércoles, 20 de enero de 2010

La paradoja de Avatar

Avatar es un producto empaquetado y adornado para ganar premios y gustar al público, tal como lo fue “El señor de los anillos” o la cursi “Titanic” en su momento. Más aún, es casi un instrumento financiero de un inversor a largo plazo que conoce muy bien su negocio, James Cameron.

Debido a la situación especial en la que me encuentro, no vi Avatar en 3D, ni si quiera en pantalla grande. Lo vi on-line y con una calidad bajísima. Mejor, porque dejaré de decir lo obvio, que los efectos visuales son espectaculares y todo eso. Me quiero enfocar entonces en la historia, la estructura narrativa, la construcción de personajes. En relación con la actuación…difícil analizarlas cuando casi todo lo hizo un ordenador.





Lo que más llama la atención es que más o menos a los 10 minutos ya sabemos cómo va a terminar la película. Que nuestro héroe Jake, que no tiene nada que perder, va a empezar a adaptarse y a amar la naturaleza y la sociedad Navi (¿así se escribe?); que los indígenas librarán una batalla valerosa por defender su tierra; que los humanos van a aprender una lección por su codicia. Pero, para peor, se recurre a explícitas situaciones que decoran mucho más e innecesariamente el pastel. El romance de nuestro héroe con la “hija del jefe” Navi, la redención de la oficial que decide repentinamente que no debe seguir las órdenes de su superior, y así por el estilo. Todo se vuelve pomposo y predecible en Avatar.

Claro, Cameron sabe muy bien cómo mantener la atención. La historia avanza de manera lineal con sobresaltos, persecuciones de fieras salvajes y retos que Jake sabe sobrellevar con fortaleza y actitud, y que lo termina convirtiendo en poco menos que un superhéroe.

Todos los personajes están increíblemente estereotipados. El militar no puede ser más bruto, el empresario más codicioso, la astronauta/antropóloga/bióloga no puede amar más a su objeto de estudio. Cada uno desde su acartonado rol va a ser testigo de la esperada transformación de Jake.




"Bastardos sin gloria" no es lo mejor de Tarantino, pero para mí de lejos es mejor película que Avatar y debió ganar en la última edición del Globo de Oro. Lástima que se prefiera la parafernalia espectacular y el carnaval de colores y sentimientos puros versus sentimientos malos (otra vez recuerdo esa película que detesto, “El señor de los anillos”).

Sin embargo, pese a todo, además de la innovación digital Avatar tiene algo muy valioso: su actualidad. Cuando veía Avatar pensaba en las corporaciones que explotan la selva peruana sin el menor respeto de sus habitantes. Pensaba en la huelga de la comunidad de Tapairihua contra la empresa minera Southern Perú, propietaria de un proyecto cuprífero ubicado en sus territorios comunales. Pensaba en los empresarios que ven como una carga a los nativos que quisieran evacuar o desaparecer porque viven sobre minerales preciosos. Pensaba en el poder político que hace no mucho prefirió una matanza en Bagua antes que escuchar los derechos de los indígenas. Avatar es una triste realidad latente adornada con efectos visuales para ganar millones, qué paradoja.